La amniocentesis es un test prenatal invasivo que consiste en la punción del abdomen mediante una aguja que, tras atravesar la placenta, extrae líquido amniótico del útero de la paciente embarazada. Este líquido, que contiene ADN fetal, será el que se analice con el objetivo de identificar un riesgo alto o bajo de que el feto sufra anomalías cromosómicas.
Es una prueba médica muy útil para obtener información sobre la salud del feto, pero es invasiva y, por tanto, peligrosa para la madre y el bebé hasta el punto de poder interrumpir el embarazo, especialmente si la paciente tiene 35 años o más.
Habitualmente, la amniocentesis se lleva a cabo entre la semana 16 y la 20 de gestación. Hacerla antes de la semana 15 puede tener consecuencias negativas.
Hay diversas razones que motivan a una mujer embarazada a someterse a la amniocentesis.
La amniocentesis es un tratamiento que los profesionales recomiendan realizarse a las mujeres embarazadas cuyas pruebas de detección anteriores, como la triple screening, han tenido resultados positivos, sugiriendo un riesgo alto de anomalía genética en el feto.
Aunque las pruebas de detección pueden concluir falsos positivos, para mayor certeza de la madre en cuanto a si puede dar a luz a un bebé con síndrome de Down, por ejemplo, se recurre a esta prueba diagnóstica, mucho más precisa.
También se ofrece a las embarazadas mayores de 30 años que en otras pruebas han evidenciado patologías o defectos genéticos susceptibles de provocar malformaciones. En general, se indica a todas las mujeres consideradas con embarazos de riesgo. Tener una hija con síndrome de Down es mucho más probable si la madre tiene más de 40 años, concretamente, la probabilidad es del 1%.
Es una prueba precisa y fiable, pero su precisión se paga con consecuencias peligrosas para la salud de la madre y del feto. Estos son los principales riesgos:
Dados los riesgos de esta prueba, los doctores solo la recomiendan en los casos en que vaya a ser realmente productiva; es decir, que tenga un efecto determinante en las siguientes decisiones con respecto a la gestión del embarazo. Independientemente de las recomendaciones del doctor, la decisión final es del paciente, por lo que es importante que esté bien asesorada por un consejero genético, de forma que se tome una decisión lo más fundada posible.
Juno Genetics es uno de los laboratorios más importantes del mundo en el desarrollo del diagnóstico de la fecundación in vitro (FIV), las pruebas genéticas de preimplantación, la investigación y la formación.